27 de enero de 2005

Borrador del libro "El Espíritu de la Vigil"


El Espíritu de la Vigil
Introducción


Mucho se ha hablado y se hablara acerca de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil.
¿Que sabemos al respecto? ¿Cuándo comenzó a hacerse grande el proyecto nacido como una simple idea y que hubiera sido de haber continuado su actividad?
Quedan muchas preguntas y temas sin tratar. La Vigil siempre fue para mi un gran interrogante, era algo real y al mismo tiempo misterioso. Lo cierto es que la Vigil sigue siendo una caja de sorpresas tanto para los que creímos conocerla al recorrer sus salones como quienes se enteran hoy de su existencia. El tema no esta agotado y este ensayo será algo mas de lo que se ha escrito con mayor o menor acierto.


Datos, Solo datos

La Vigil de Hoy es un monumento, un recordatorio de algo digno de tratar de entender. Que fue el proyecto Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, que significo para la sociedad rosarina de aquellos años aquel edificio, su escuela, sus cursos, sus libros y la famosa rifa, y que significa hoy a la distancia. El propósito de la Biblioteca fue cumplido o quedan cosas por lograr, demasiadas preguntas y me surgen otras a cada instante. La Vigil es la pregunta o la fuerza que las crea, La Vigil es el gran interrogante mío o es el interrogante de toda una Sociedad. Siguen las preguntas sin respuesta aparente o cercana

Que Sabemos al Respecto

Para ubicarnos en el tema estractaremos parte del libro "El barrio Tablada y los Origenes de la Biblioteca Constancio C. Vigil. del profesor Jorge Malla

1.EL SERVICIO BIBLIOTECARIO
El primer local donde funcionó fue en la Calle Alem 3033, posteriormente fue trasladada al edificio propio que fuera inaugurado el día 10 de noviembre de 1963 en la calle Alem 3078. Constaba de tres plantas: en la planta baja se encontraba la sala de ficheros, entrega de libros, sala de reuniones de la Comisión Directiva, depósito y salones de enseñanza de materias especiales. En el primer piso, se encontraba la sala de lectura. En el segundo piso, el jardín de infantes, cuyo acceso se hacía a través de rampas, que más tarde sería trasladado a su edificio propio en Alem y Gálvez, sitio donde se encuentra actualmente. Allí se encontraban los salones de clase de la Universidad Popular, los que más tarde se trasladarían al edificio de siete pisos de al lado.
Las tres plantas construidas fueron destinadas al servicio bibliotecario con salas de lectura pata adultos y niños, salas de catalogación y depósito para miles de libros. El moblaje fue especialmente diseñado teniendo en cuenta los requerimientos de una biblioteca pública, se la dotó de todos los elementos modernos indispensables. Se disponía de un mimeógrafo, de máquinas de escribir eléctricas IBM y servicio de fotocopiado, para los cuales resultaron fundamentales algunos de los departamentos de la entidad que la abastecía, tales como: carpintería, herrería y construcciones.
El servicio de préstamos de libros y la circulación del material impreso conforman el primer paso dado. A través del tiempo y del acrecentamiento de los materiales bibliográficos, esa función se fue ampliando hasta conformar un servicio moderno, de organización compleja y de atención eficaz.
Tradicionalmente las bibliotecas populares surgieron de la Ley 410 del 23 de setiembre de 1870, sancionada por el Presidente Domingo Faustino Sarmiento, determinándose como instituciones civiles sin fines de lucro. Esta Ley establecía lo siguiente:
“Las bibliotecas que se establezcan en adelante en cualquier localidad de la República, serán auxiliadas por el Tesoro Nacional. El poder ejecutivo constituirá en la ciudad de Buenos Aires una Comisión protectora de las Bibliotecas Populares, que tendría a su cargo el fomento e inspección de las bibliotecas populares. La subvención que se asigne será igual a la suma que ésta remita a la Comisión Protectora, empleándose ese dinero en la compra de libros y su envío se hará por cuenta de la Nación”.[1]
Las bibliotecas se expandieron rápidamente en los barrios de muchas ciudades y pueblos diseminados a lo largo y ancho del país. A dos años de promulgada esta Ley se habían creado en el país 106 bibliotecas populares y posteriormente llegaron a haber más de 2500 en todo el país. Cumplieron y cumplen, la paciente tarea de servir a los sectores carenciados de la población.
La Biblioteca Vigil también cumplía esa función, se llegó a una conjunción de posibilidades económicas, personal adecuado y normas técnicas empleadas, que la erigieron en su momento como modelo de organización técnica. Se pudieron explotar racionalmente. Las posibilidades dadas, sobre todo evitando la burocracia característica de las bibliotecas oficiales.
Los servicios bibliotecarios se organizaron de acuerdo a las más modernas técnicas, pudiéndose destacar los siguientes aspectos: utilización de la clasificación Decimal Universal; uso de normas de catalogación Vaticanas y Angloamericanas; existencia de catálogos para consulta del Público denominados: diccionario general, sistemáticos de materias y de materias especiales.
El catálogo diccionario general constituyó una experiencia ponderable, ya que ha sido la única biblioteca de carácter enciclopédico de la ciudad y de cierta importancia que conformara un catálogo diccionario trabajando con encabezamiento como único instrumento catalográfico para uso público, se implementó un catálogo sistemático, aumentando así las posibilidades de información bibliográficos y especiales. Este se componía de diversas secciones que pasamos a detallar:


1) LIBROS: se llegaron a tener 50.000 volúmenes en circulación. Si tenemos en cuenta que en 1960 se poseían 3.000 volúmenes, se aumentó en quince años, más de diecisiete veces ese número inicial. Lo que constituye realmente un aumento espectacular considerando que la Biblioteca Argentina, de nuestra ciudad, en 80 años posee alrededor de 150.000 libros. Además del 80% de todo ese material estaba compuesto por bibliografía reciente, completamente actualizada.

2) HEMEROTECA: el caudal de esta sección ascendió hasta 820 títulos de publicaciones periódicas de las más variadas materias y alcances. Se encuadernó el Diario “La Capital” desde 1956 hasta 1973

3) SALA INFANTIL: esta sala funcionaba dividida en dos partes. Una de ellas, la sala de lectura propiamente dicha, con su material bibliográfico específico y la otra, como sala de juegos y de recreación. El material exclusivo de esta sala sobrepasó los 3.000 volúmenes. Se contaba además con gran cantidad de láminas, 150 juegos de las más variadas características, pequeña hemeroteca infantil, etc.

4) DISCOTECA: desde la formación de la Escuela de Música, dentro de la Universidad Popular, fue tomando forma esta sección que, si bien al principio era de exclusivo uso docente, luego se sumó al sistema de préstamo normal a los asociados. En total se logró reunir un volumen de 1.500 discos, con un promedio máximo de préstamos que llegó a los 100 discos.

5) DIAPOTECA: casi 15 diapositivas se organizaron y dispusieron para el préstamo.
6) MAPOTECA: en esta sección no solamente se reunieron mapas de todo tipo, sino también atlas generales y específicos, por regiones, países o continentes. Se lograron catalogar casi 700 mapas.

7) RECORTES DE ARTÍCULOS Y FOLLETOS: los recortes se extraían fundamentalmente de las publicaciones periódicas, aunque también podían serlo de cualquier tipo de publicación si se los juzgaba interesantes.

Se formaron bibliotecas seccionales para uso exclusivo del personal y de alumnos de determinadas secciones o escuelas de la entidad. Así se construyeron las bibliotecas seccionales del Instituto Secundario que contaba con 1.500 volúmenes. El Jardín de Infantes y la Escuela Primaria tenía 1.000 volúmenes. Ciencias Naturales, Astronomía y Jardín de Infantes de Villa Manuelita, 400 volúmenes.
La influencia y relaciones de la Vigil con otras bibliotecas y bibliotecarios fue
muy fluido, por lo que:
a) Se asesoró constantemente a quiénes se acercaron a solicitarlo.
b) Se realizaron donaciones y préstamos especiales a numerosas instituciones.
c) Se implementó un sistema de becas que beneficiaba anualmente a cuatro estudiantes avanzados de bibliotecología, permitiéndoles efectuar una intensiva y programada práctica.
d) Participación y asesoramiento en el proyecto de Ley creando la Dirección Provincial de Bibliotecas Populares, ambicioso proyecto presentado en las Cámaras Legislativas durante el año 1973.
En lo que respecto al personal, La Vigil fue una de las primeras bibliotecas de la ciudad que tomó solamente bibliotecarios profesionales, a través de concursos o pruebas de oposición. En el momento de mayor auge llegó a haber un máximo de 28 profesionales trabajando para la entidad.
El funcionamiento de la Biblioteca Vigil se edificó sólidamente sobre un principio básico: la mayor liberalidad y posibilidades de préstamo, en lo posible domiciliario, de todos los materiales bibliográficos y especiales. Esto se llevó al establecimiento al sistema de estantería abierta para casi la totalidad de sus existencias. Este sistema se implementó desde 1964 y consistía en la colocación de los libros ordenados sistemáticamente en las salas de lectura al alcance directo del público. Este sistema tiene dos ventajas importantes que son, ahorro de tiempo y personal bibliotecario y mayor servicio al usuario aumentando las consultas de obras en el local.
En una encuesta realizada en abril de 1975, se verificó que el 75% de los lectores consideraban el sistema como muy útil, pero también quedó evidenciado que uno de los problemas más importantes que afectaban el funcionamiento del sistema, era el robo de los libros. Por este motivo, a principios de 1976 se pasó la mayoría del material a estanterías cerradas, quedando solamente el material de referencia en estanterías abiertas.
También se llevaban permanentemente estadísticas de la circulación del material: por materia, por lectores y por domicilio.
El caudal bibliográfico se formó y se fue acrecentando mediante la compra directa a distribuidores, editores y libreros, las donaciones de personas e instituciones, la compra a bibliotecas particulares y el canje nacional e internacional.
Cualquier persona podía consultar los libros de la Biblioteca, pero para retirar libros, solamente lo podían hacer los socios de la misma. Se atendía horario corrido desde la 7 hasta las 21 horas y había un préstamo diario de alrededor de 1200 a 1300 personas.
Los lectores, socios y profesores, participaban en la selección de los libros que se compraban, a través de las llamadas “desideratas”, donde se anotaban los datos del libro solicitado. A fin de mes se seleccionaban entre las desideratas; los libros más pedidos, los más urgentes o de los que menos surtido tuviera la Biblioteca y de esta manera se realizaban las compras.[2]

PLAN DE FILIALES.
Ya en el artículo segundo de los estatutos de la biblioteca se establecía lo siguiente:

“La Biblioteca Popular “Constancio Cecilio Vigil” tendrá a su cargo el aspecto cultural, educativo, intelectual, social, mutual y deportivo, desarrollándose preferentemente sus funciones en el perímetro delimitado por las calles Garibaldi, Bvr. 27 de Febrero, Av. San Martín y el Río Paraná, quedando facultada para la creación de anexos o filiales de servicio bibliotecario, en directa dependencia, en sectores de la ciudad de Rosario y/o localidades de la provincia y/o otros, carentes de instituciones similares, según aconséjenlas respectivas condiciones”. [3]

Habiéndose estudiado el plano bibliotecario de la ciudad y comprobado que extensas zonas de la misma carecían de servicios bibliotecarios de cualquier tipo, surgió un plan de filiales, determinado para completar dieciocho filiales en total y que comprendían siete en Rosario y las restantes en distintas localidades y ciudades de la provincia. El motivo principal de este plan era el de poder llegar a más lectores con el libro necesario, en razón de que se interpretaba que la función de la entidad, más que llegar a formar una biblioteca central de singular valor y cantidad de volúmenes debía ser la de acercar la cultura en la forma más eficaz a quién la necesitaba.
Como ejemplo, se puede decir que en vez de tener una biblioteca de 100.000 volúmenes se prefería tener 10.000 volúmenes seleccionados en cada una de las diez filiales, cumpliendo así una función más extensa, por ser quizás no muy importantes en profundidad investigadora, pero mucho más amplia en los niveles de la cultura popular.
Cada biblioteca seccional poseería un catálogo específico de su material quedando en biblioteca central un catálogo topográfico individual de control.
El mayor problema que tuvo la Biblioteca con el plan de filiales era el alquiler o la adquisición de las propiedades y cuando se produjo, ya comenzaba la crisis económica de la institución, por lo que fue imposible hacerlo. En todo el cordón de la periferia de la ciudad estaba proyectado llevar una pequeña biblioteca y un Jardín de Infantes.[4]
La Biblioteca Infantil de Villa Manuelita fue establecida como complemento del Jardín de Infantes que la institución hizo funcionar en un local vecinalista enclavado en una de las villas miseria más populosa de la ciudad. La función social y educativa que allí se llevaba a cabo era realmente importante, realizando una acción comunitaria movida por la solidaridad social.

LA BIBLIOTECA AMBULANTE.
La Biblioteca Vigil contaba con un servicio de “Bibliobus” o biblioteca ambulante, que llevaba libros en forma gratuita, a los barrios carentes de bibliotecas, disponiendo de 10.000 volúmenes exclusivamente afectados a ese servicio. A veces iban a las islas del Río Paraná, otras al Centro Recreativo de Villa Diego, al Vivero, a otros barrios de la ciudad. A esquinas de la zona sur, a fábricas, escuelas, etc.

2. EL ASPECTO EDUCATIVO Y LAS ACTIVIDADES

En todo el desarrollo posterior de la Biblioteca empezaron a moverse las personas que ayudaron a dar el verdadero empuje a la entidad, entre ellas estaba Rubén Rodríguez, quién fuera Director de la Escuela Primaria Nº 615 “República del Perú”, que se encuentra frente a la Biblioteca, como mucho de los que formaron la subcomisión de la Biblioteca estudiaron en esa escuela. Una vez que se separaron de la vecinal, su director les ofreció la escuela para que pudieran continuar con sus actividades. Pero, cuando Rodríguez fue trasladado, el nuevo Director no los acepta porque decía que le ensuciaban la escuela y que realizaban sus actividades los días sábados y domingos.
Entonces deben alquilar un terreno, siendo Rodríguez quién inserta a la biblioteca en el medio pedagógico, fue quién armó el primer esquema educativo y el Director de los cursillos de capacitación.
Se constituyó en un hito muy importante en la historia de la Biblioteca porque es quién da la primera base estructural a la educación, en forma muy primaria, porque se trataba de escuelas dispersas dentro de la institución, donde todavía no había un planteo filosófico educativo como el que se concretará más adelante. Ejerció una especie de Dirección de todos los departamentos que se iban creando, porque era quién más méritos intelectuales y educativos poseía para la conducción. Fue quién creó los primeros lineamientos en el sector de la pedagogía popular, con los cursos extracurriculares.
A medida que crecieron las escuelas fue necesario también crear una organización, en esta segunda etapa, retirado Rubén Rodríguez lo reemplazó Teresa Martín, una maestra elegida para dirigir todo el Departamento de los cursos extracurriculares y posteriormente lo fue Marta Greiner.
En el transcurso de los años se crearon distintos cursos y escuelas, pero es necesario destacar que no hubo un estudio pedagógico previo, sino una gran capacidad por parte de los conductores de la Biblioteca para responder a las necesidades de los vecinos.
Fue necesario atender a las normas de la enseñanza oficial, impulsar simultáneamente el resto de los numerosos cursos y establecer las debidas relaciones y coordinaciones.
Hacia 1970 el área de educación alcanzó plenitud: más de 3.000 alumnos matriculados en algunas de las distintas unidades de estudio, demandaron tareas de sincronización y ajustes permanentes. Entonces fue creado el departamento de educación que dio forma definitiva a las aspiraciones educativas de los habitantes del barrio, los dirigentes y los alumnos.
Se formuló un decálogo, denominado “Los principios educativos” en cuyo artículo 2º decía:
“... que se organizará el sistema y el parasistema según los principios de la educación permanente, que abarca toda la vida del individuo, desde la primera infancia hasta sus últimos días y comprende todos los aspectos de su personalidad: intelectuales, morales, sociales, físicos, emocionales y estéticos. En consecuencia, desarrollará – además del sistema escolar regular- cursos de actividad de postgrado, de capacitación, de actualización y de perfeccionamiento a todos los niveles y para todas las edades...”
y en el artículo 6º afirmaba que:
“... la educación que se imparte en todas las escuelas e institutos de Biblioteca será integral, coeducativa, popular, gratuita, laica, no dogmática, científica y asistencial. La institución procurará, en consecuencia, compensar las deficiencias sociales, económicas, culturales y de toda índole que impiden o dificultan a muchos la iniciación o la continuación de sus estudios, haciendo cuanto esté a su alcance para colocarlos en igualdad de condiciones con los que pueden costeárselos por sí mismos”.
Estos principios apuntaban a una verdadera educación popular ya que tendía a que el individuo tomara conciencia de cómo funcionaba y cual era el mecanismo de las instituciones de la sociedad.
Además consideraban que una biblioteca popular no debía ser sólo un mero depósito de libros para prestar. En ella debía reunirse una serie de elementos dinámicos convergentes a un mismo fin: la educación y la promoción cultural de la niñez y de la juventud, las que requerían que se les brindase los establecimientos educacionales y los planes de estudios que los capacitasen cómo elementos útiles para el proceso evolutivo del país. También agregaba, que la clase trabajadora y el hombre común necesitaban que no se les olvidase en este proceso y se les posibilitase los medios de satisfacer sus ansias de conocimiento.
Todos tenían derecho a ser ilustrados en los conocimientos actuales y que se los prepare científica y artísticamente para las nuevas incógnitas y descubrimiento del mundo contemporáneo. Y finalizaba diciendo, aportar su esfuerzo positivo en tal dirección es la pretensión de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil.[6]
La Biblioteca Popular Constancio C. Vigil fue creciendo hasta convertirse en un Verdadero Complejo Cultural, que llegó a contar con: Jardín de Infantes, Escuela Primaria, Instituto Secundario, Universidad Popular, Museo de Ciencias Naturales, Observatorio Astronómico, Departamento Editorial, Caja de Ayuda Mutua, Guardería Infantil, Centro Recreativo Cultural, Social y Deportivo de Villa Gobernador Galvez, etc.
Todo esto llevó a conformar una institución de características únicas en el país, donde cada uno de los Departamentos trató de introducir técnicas modernas, experiencias nuevas, personal altamente capacitado y sobre todo una vocación docente y comunitaria de servicio, que imprimieron a todas sus actividades un sello distintivo.

----------------------------------------------------------------------------------------





La Democratización del Conocimiento

Crear una institución, luego colocar dentro lo mejor de la ciencia y darle contenido, y por ultimo abrirlo al público para que lo use sin ninguna restricción.

Tratemos de entender que es esto a lo que llamamos el Espíritu de la Biblioteca Vigil y su fenomenal desarrollo e impacto de mas de dos décadas y crear conciencia sobre los verdaderos y más profundos motivos de aquel proyecto.
La Biblioteca parte de la inquietud de un grupo de vecinos miembros de una vecinal en la zona sur de la ciudad, estos vecinos no tenían instrucción universitaria lo cual seria un impedimento desde un punto de vista técnico. No tenían dinero y si bien la situación económica no es la de hoy (existía una clase media y había movilidad social) no pensemos que disponían al principio de recursos ilimitados, antes bien los recursos eran escasos ya que este proyecto se estaba generando en un barrio pobre. Además para el Proyecto Vigil no había infraestructura en todo Rosario, quiero decir, no existía un edificio disponible, ni material de estudio o divulgación científica de manera que tampoco hubieran podido gestionar un lugar al estado o a otra institución. Los lugares donde desarrollaron sus primeras actividades eran tan pobres e inadecuados como la economía del barrio donde se encontraban.
Pero las dificultades fueron superadas con mucha imaginación, y es allí donde comienza a hacerse grande el proyecto, al pensar en nuevas formas de ver y divulgar la cultura y pensar también como sostenerlas económicamente.
Este fue el primer paso, luego, cuando económicamente estaban creciendo y cumpliendo sus primeras metas tuvieron el ingenio y la humildad de preguntar a quien quisiera participar del proyecto que idea deseaba desarrollar y acto seguido lo apoyaban sin especulaciones filosóficas, políticas o de otra índole. Esta forma de ver a una institución hizo que sus instalaciones tuvieran contenido y cada una de las actividades, artísticas, educativas, deportivas, fueran de vanguardia.
Luego de desarrollar aquel proyecto con una edificación moderna y acorde a las actividades, con los elementos de estudio e investigación también de vanguardia, lo abrieron para toda la ciudadanía, no solo para los socios.
La suma de estos tres puntos antes descriptos formaron lo que damos en llamar el espíritu de La Vigil. Este espíritu no se puede crear o destruir, solo hay que encontrarlo y desarrollarlo luego. Por eso los militares solo destruyeron cosas, robaron cosas, pero no podían de ninguna manera destruir el espíritu de La Vigil quemando un libro, o apropiándose de su mobiliario. No eran las cosas las que hacían grande a aquel proyecto era esa forma de trabajo y de pensamiento que aun sigue allí como ejemplo de posibilidad, desarrollo y superación. Quizás La Vigil hoy no disponga como ayer de un edificio monumental como el de calle Alem, pero quien dice que es necesario tenerlo hoy cuando la Municipalidad de Rosario tiene tantos centros culturales, algunos desarrollando actividades ficticias y sin contenido. O cuando hay instituciones que disponen de instalaciones que pueden prestar, alquilar o ceder en comodato. Si no hay emprendimientos culturales como el proyecto Vigil es porque no se hace apropiación de aquel espíritu, no por falta de dinero, instalaciones o personas que quieran colaborar. No tenemos la capacidad de generar proyectos educativos de tal tamaño, porque no podemos discutir siquiera estos temas sin añorar aquel proyecto majestuoso desde la pasividad de la queja. Quizás estemos atados a aquel proyecto que de tan majestuoso no nos deje ver nuestras propias posibilidades y creer en nuestra capacidad de construcción.
Puede ser también que cuando destruyeron La Vigil, quizás sin saberlo, estaban también eliminando la capacidad de creación de algo parecido o de cualquier otra cosa. De alguna manera nos inhibieron y es en esta instancia que los milicos y sus cómplices, están haciendo su trabajo final de destrucción de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil.



Estantes sin Libros

En la Vigil estaban los mejores libros que se habían publicado y a la vez estaban los que se iban a publicar.

Cuando pensamos en una biblioteca tenemos la idea de estantes llenos de libros, y en efecto en la Vigil los había. Pero no era un mero acopiamiento de papel impreso y encuadernado, respondía a una estrategia lo cual daba contenido a aquellas colecciones y ficheros donde buscábamos la información necesaria para nuestros exámenes.
En la Vigil estaban los mejores libros, los más nuevos, los de mejor información, los necesarios.
Pero estos libros estaban rotos y vueltos a encuadernar una y otra vez. Eran libros nuevos y a la vez muy usados parecían muy viejos. Dado la importancia de estos y la necesidad de tener información precisa. Esto hacia que ocurriera un fenómeno pocas veces visto. La Biblioteca habría el turno de la tarde desde las 16 Hs y la gente desde una hora antes hacia cola para entrar y reservar su lugar frente a los mostradores y ficheros para retirar libros. La cola a veces llegaba a la esquina de Amenabar.
La oferta no era tan vasta como estratégica, pero no era la única forma de darle contenido al proyecto en su área de libros. Había lo que yo llamo anaqueles vacíos, pero esto es solo una metáfora que uso para decir que en la Vigil estaban los mejores libros que se habían publicado y a la vez estaban los que se iban a publicar. También estaban los libros que no se habían escrito todavía y los que nadie se animaba a publicar. Para eso tenían la editorial.
Si lo mejor no se podía conseguir en el mercado ellos se encargaban de crearlo.
Luego no todos los libros estaban en el edificio de la biblioteca, por supuesto que una gran parte estaba en los hogares de quienes los habían retirado a préstamo, pero la Vigil regalaba colecciones de libros de su propia editorial a sus socios y clientes de su rifa. También tenían colecciones de bajo costo que distribuían en todo lugar donde se los requiriese.
La colección de libros adquiridos y publicados fue maravillosa, por eso pese a haber diversificado sus actividades culturales y causado un impacto tremendo con cada una de ellas en las distintas áreas los libros nunca dejó de ser la parte más importante del proyecto. Lo que nos da una pauta de cuan firmes eran los objetivos de quienes tenían a su cargo los destinos de aquella Biblioteca que realmente fue popular y de vanguardia.


1- LIBROS: se llegaron a tener 50.000 volúmenes en circulación. Si tenemos en cuenta que en 1960 se poseían 3.000 volúmenes, se aumentó en quince años, más de diecisiete veces ese número inicial. Lo que constituye realmente un aumento espectacular considerando que la Biblioteca Argentina, de nuestra ciudad, en 80 años posee alrededor de 150.000 libros. Además del 80% de todo ese material estaba compuesto por bibliografía reciente, completamente actualizada.


2- Rubén Naranjo nos dice que “la experiencia de la Biblioteca Vigil es muy valiosa y
básicamente demuestra la capacidad creadora de la gente que no tenía más que una formación elemental primaria y secundaria en algunos casos, pero con una intencionalidad muy clara de servir al barrio, llegó a ser la experiencia de cultura popular más grande que existió en América Latina.
No hubo ninguna experiencia popular que tenga la dimensión de la Biblioteca Vigil. Esa experiencia de magnitud descomunal la hizo un grupo de gente de barrio, que simplemente atendió necesidades de la zona y eso fue todo. Y ese grupo de gente existe siempre en cualquier esquina de Rosario, en cualquier pueblo del país.
Lo mágico tal vez, es que ese grupo de gente en vez de hacer una cancha de fútbol o un club, hizo una Biblioteca... y eso, si se hizo, se puede repetir”

1-Del Libro El Barrio Tablada y los orígenes de la Biblioteca Vigil (Jorge Malla)
2- idem.



Hubo un Proyecto, ¿Porque no hay dos?
Sobre este tema es mucho lo que se puede decir y siempre será tema de especulación o de un análisis sistemático del desarrollo histórico de la sociedad argentina. Una respuesta posible que trato de ensayar en estos comentarios es que en realidad hubo y hay proyectos de tanta envergadura como la Vigil, algunos sin aquella trascendencia, otros ocultos tras otros intereses o desarrollados al amparo de las circunstancias actuales donde son otras las condiciones para emprender actividades culturales. Creo que si bien la Vigil no esta como institución constituida, como un ente visible, si se haya, quizás atomizada, en distintos proyectos culturales de la ciudad y el país desarrollados bajo la influencia y el efecto que promovió aquel ejemplo de Biblioteca Popular.
La Vigil es su proyecto y la espectacularidad del mismo, son cosas muy difíciles de separar y están grabados en el inconsciente colectivo, otra cosa es la diversidad y la cantidad de bienes acumulados lo que hace parecer al proyecto inalcanzable hoy.
Siempre en el terreno de la especulación puedo argumentar la falta de un lider carismático que aglutine voluntades y lleve adelante un proyecto ambicioso, esto en todo orden de la sociedad actual. Quizás no han muerto las ideas pero si han muerto los que las pueden llevar adelante y hacerlas realidad. No quiero decir con esto que un proyecto como aquel este latente esperando a un Mesías.
Naranjo dijo en una oportunidad que si a la vigil la generaron unos chicos de barrio que estaban en una esquina cualquiera, también cualquiera en una esquina puede generar otra Vigil, lo cierto es que no hubo dos proyectos iguales. Los porques me siguen atormentando sin encontrar respuestas, porque la vigil es ese gran interrogante que seguirá inquietando por los tiempos de los tiempos. No me gusta admitirlo pero la vigil es un mito, pero los mitos no están allí porque si, tienen su razón de ser, sirven para decirnos como somos, que somos y quizás hacia donde vamos. No hay otra vigil pero me gustaría proponer que vamos hacia allá, al edificio mitológico que nació en un barrio, que resumió entre sus paredes la cultura de una sociedad en un momento de la historia.


La Postal Detenida en el tiempo
Cuando cerraron las actividades de la Biblioteca se detuvo el Proyecto, se congelo toda la creación, la investigación, la inventiva y se dio lugar al mismo tiempo a la creación del mito.

Uno de los distintivos de aquel proyecto fue su dinámica. Constantemente estaba cambiando, La Vigil por lo tanto fue y hubiera sido siempre una obra inconclusa. Era común ver las actividades de la Biblioteca funcionando en medio de proyectos de construcción, renovación y reacomodamiento de las instalaciones, Puesto que estaba en constante movimiento, a un curso le seguía otro de igual o mejor calidad. A un museo le seguía otro igual o mas ambicioso y así con todas las actividades, era un hervidero difícil de entender en el momento. De manera que lo que vemos hoy es una instantánea de aquel proyecto, Una postal que quedo detenida en el tiempo.
Hoy reconocemos a la Vigil como una obra concluida y no fue así, lo que vemos a simple vista es un monumento estático y frió. La vigil era una institución en movimiento y el movimiento era la institución, las cosas eran solo la expresión visible de aquel dinamismo.
Por otra parte Ver el Proyecto en conjunto era muy difícil ya que se encontraba diseminado en distintos lugares y a su vez La Vigil estaba inventando y analizando lo que todavía no existía. Esta gran maqueta cultural crecía dentro mismo de la institución y de las personas que llevaban a cabo el proyecto, creando o buscando quien hiciera aquello que ellos no podían o no se les había ocurrido hacer.

Lo que se ve hoy es la cáscara de aquel proyecto, pero a simple vista es difícil tratar de entender que fue la Vigil si no reparamos en el proyecto vivo, dinámico. Su movimiento constante, Trataremos de desentrañar los misterios del motor que actuaba para la dinámica del proyecto Vigil, eso queremos decir cuando hablamos del Espíritu de la Vigil.


La Vigil.exe
Pero su estructura sigue allí, decir que el centro del proyecto fue su dinámica puede hacer suponer que la imagen estática y fría de hoy sea solo eso, un mero recuerdo, pensaríamos que aquel edificio nos recuerda un viejo anhelo de algo que alguna vez se logro.
No, de ninguna manera, aquel edificio que se yergue todavía sobre calle Alem es como un archivo ejecutable que esta esperando ser activado, por quien y de que manera es un misterio, un desafió para las generaciones que siguieron a aquel proyecto y que están escribiendo la historia al mismo tiempo que miran al mito como referente.
La Vigil es la bronca creadora, sino no es La Vigil.
Luego de la detención del desarrollo del proyecto Vigil hubo un silencio que duro lo que la Junta Militar en el gobierno, después aires de Democracia soplaron y poco a poco la Vigil fue teniendo sentido, generando preguntas y lo que es mas importante siendo ejemplo de trabajo y creatividad.
No podemos saber además cuantos proyectos y conque magnitud y suerte se crearon teniendo a la Vigil como disparador pero debe haber muchos, uno muy importante, por mostrar ejemplos es el de las distintas comisiones pro recuperación del edificio, la biblioteca, su mutual, etc.
Estos movimientos espasmódicos de una sociedad inquieta no se producirían sin el disparador necesario que es la misma biblioteca, que sigue cumpliendo su función, movilizándonos tras una utopía cultural.
Y de nuevo el concepto de movimiento surge desde las entrañas del mito, la Vigil sigue generando movimientos, peleas, discusiones, dimisiones entre los socios, discusión en las esferas gubernamentales, dudosas adhesiones de funcionarios que ven en estos movimientos alguna posibilidad política, temor en otros, he aquí de nuevo la Vigil, el dilema del nuevo milenio en la ciudad de Rosario.
“Tenemos que hacer algo” seria la frase que explicaría el motor que hace que estas personas adhieran a los distintos proyectos surgidos desde ese gran emblema que fue La Vigil.
Y miran el edificio y hacen algo, discuten, peticionan, se reúnen, vuelven a discutir y generan movimiento dentro de la sociedad, lo mismo que en los sesenta con aquella biblioteca.


El Problema de la Cosa
La Vigil no era una cosa, era la idea de una cosa y la capacidad de hacerla realidad, esto llevaba los limites de la creación a terrenos impensados.

La imaginación al poder, en este caso la imaginación se hacia realidad, En la Biblioteca la imaginación se podía tocar, leer y estudiar.

Porque estaban tan adelantados a su tiempo, es la pregunta que siempre me hice, hasta que un día ensayé una respuesta, porque investigaban y dejaban investigar.
Oí una vez cierto comentario de un contador que conoció la institución, que ensayaba una explicación del porque de la caída de la Vigil,
Este señor decía con sincero deseo de que la Vigil hubiese funcionado siempre “era lógico que la vigil cayera, puesto que los responsables de la institución hacían caso a cualquiera que les traía un proyecto y se lo financiaban, así ninguna institución puede aguantar”
Este señor estaba describiendo como la Vigil gastaba en investigación, Desde el punto de vista económico era poco recomendable.
En la vigil se Experimentaba todos los días, a cada momento, y por su puesto no todos los proyectos e ideas tendrían un buen final, es el costo de la investigación, pero con lo poco que lograba terminar con éxito podían conquistar el mundo.
Fue esta inquietud de financiar proyectos nuevos y dar forma a nuevas ideas lo que los proyectaba mas allá de la media normal en institutos educativos y culturales de la época.



Hasta aqui lo escrito de este libro que aun estamos terminando, promocionado por la Fundacion Proyecto Vigil.